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Los valores del CIBG – Consejo de Innovación y Buen Gobierno: hoy hablamos de INNOVACIÓN

El Consejo de Innovación y Buen Gobierno (CIBG) declara cinco valores como estandarte de sus socios: generosidad, innovación, transparencia, asertividad y entusiasmo. Hoy queremos centrarnos en la innovación. Innovación como valor, más allá de la innovación como acción.

Cuando hablamos de innovar nos referimos a esa capacidad que tenemos de salir de la caja, de afrontar los dilemas de forma diferente, de reflexionar y aprender.

La innovación requiere humildad, pues implica reconocer que hay opciones de mejorar. La innovación requiere aprendizaje, que es la suma de interés por aprender y dedicación. Y requiere, como no, una fuerte dosis de curiosidad. Entender cada componente y su razón de ser. El innovador pregunta, no pretende tener las respuestas. Busca que las preguntas le den la respuesta. Desde esa humildad reconoce que la innovación no es necesariamente genialidad. En muchas ocasiones es tesón para encontrar lo que ya está ahí, pero no hemos visto.

El carácter innovador no se basa en la disrupción permanente, que se parece al caos. Significa reconstruir, unir las piezas de una forma diferente. Implica observación, diálogo para entender. Como las mayores obras de ingeniería, se construye pieza a pieza, donde todas encajan para dar un sentido al conjunto. Y cada pieza tiene su maestro, pero cada artesano se inspira en los demás. El arte nace de reconstruir lo existente.

El innovador sabe que es un camino con altibajos. En ocasiones, las cosas se aceleran, en ocasiones parece que todo se cae. Por eso, el innovador es perseverante. Lo necesita para acometer su tarea. Necesita, en ocasiones, alejarse para vislumbrar el conjunto y, otras veces, acercarse con microscopio para encajar una pieza esencial, como un relojero de precisión. Esta característica aproxima el valor de la innovación a la generosidad, pues implica asumir trabajo de reflexión y trabajo de detalle.

Supone aprender a trabajar en borrador, exponiendo ideas para que otros aporten una visión complementaria y adicional. La colaboración es imprescindible. Implica exponer propuestas imperfectas, quizás, para que, junto a otros, se puedan perfeccionar. La innovación siempre es asumir riesgos personales, con la ilusión de recibir nuevas perspectivas que ayuden a la creación. Es dar para recibir y co-crear. De nuevo, generosidad.

La innovación es imprescindible. El mayor riesgo para cualquier organización es no innovar. Quedarse anclada. La innovación se une con el propósito. No se trata de valorar lo que se hizo mal. Mira hacia el futuro, busca una finalidad, una mejora. La innovación tiene un sentido; sin esa razón de ser sería una evolución por azar. Por eso su motor es el propósito y el espíritu innovador es mucho más que una acción.

El CIBG lleva esa impronta como parte esencial de su desarrollo. Queremos impulsar el buen gobierno de las organizaciones y eso requiere capacidad de adaptación a las circunstancias y buscar fórmulas apropiadas para cada caso. El buen gobierno tiene que ver con la cultura, las personas y los procesos internos de una entidad. Implica variedad y riqueza de opiniones y la búsqueda del consenso.

Este valor nos otorga una visión adicional y diferente. Sabemos que el buen gobierno requiere aunar esfuerzos. El carácter del junco, difícil de quebrar, pero flexible, siempre ha sido una imagen apropiada para el buen gobierno. Incluso en la educación de los hijos. Esta naturaleza entronca directamente con el carácter innovador, que se adapta sobre premisas firmes. No es un innovar ciego, sino con un sentido y propósito.

Por ello, desde el CIBG, buscamos soluciones innovadoras y flexibles para el buen gobierno de las empresas, que se adapten a cada caso, de forma líquida, a un entorno y una evolución de las organizaciones que lo requiere.

Como en otros valores, son numerosos los ejemplos de personas en el seno del CIBG que destacan por su capacidad de innovación. Quizás en esta ocasión toca destacar al equipo de personas que han desarrollado nuestro segundo libro de la serie Piensa como un Consejero y que, precisamente, se llama “Innovar desde el Consejo”. Así, aprovecho para poner encima de la mesa el esfuerzo que supone enfrentarse a una hoja en blanco y exponerse al escrutinio de otros al hacer una obra pública, incluyendo adicionalmente toda la labor de edición y promoción del libro, lo que no es un trabajo menor, como bien saben los autores, Luis TamamesAna Cortés RodrigoJoaquina Garrido-Arroquia Noves☀️ Manuel MonterrubioAlfredo AvilaLuis Sanchez QuintanaMyriam Alcaide y Susana Quintás Veloso . Sin ellos no hubiera sido posible este segundo libro. Igualmente a Cognizant y su CEO, Manuel Avalos Berzal por apoyarnos en esta aventura. Gracias por darnos la oportunidad de reflexionar sobre la INNOVACIÓN.

Patxi Barceló – Presidente del CIBG

 

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