Hoy hablamos de GENEROSIDAD
El Consejo de Innovación y Buen Gobierno (CIBG) declara cinco valores como estandarte de sus socios: generosidad, innovación, transparencia, asertividad y entusiasmo. Con este artículo quiero iniciar una serie dedicada a estos valores.
Cuando hablamos de generosidad nos referimos a dar nuestros recursos (tiempo, dinero, energía, conocimiento) en favor de otra persona o de un grupo sin esperar un beneficio personal directo.
El CIBG lleva este valor en la esencia de su naturaleza. Somos una asociación (de personas), sin ánimo de lucro, con unos fines específicos orientados a promover el buen gobierno de las organizaciones. La fuerza del CIBG reside en el esfuerzo personal de sus miembros por desarrollar iniciativas que impulsen estos fines.
Este hecho nos otorga un valor adicional y diferente.
La serie documental sobre el entrenamiento de los GEO (Grupo Especial de Operaciones) en España nos muestra como la selección de aspirantes a este grupo de élite se basa en poner en situaciones auténticamente extremas a sus candidatos, para sacar el verdadero yo de las personas, en el límite. Así se evalúa si son capaces de poner en juego sus mejores valores, incluyendo la generosidad, pues de ello depende la supervivencia de los miembros de un operativo. Se están jugando la vida y deben tener muy clara la importancia del grupo.
En el caso de los consejeros, es evidente que no es necesario llegar a estos extremos, pero es igual de importante conocer su verdadero yo, su forma de trabajar en situaciones complejas y donde existen múltiples intereses. Por ello, el CIBG promueve la participación activa de sus miembros, de forma que podamos conocernos en el día a día, entender los valores que nos mueven a cada uno y tener oportunidad de reforzar y aprender hábitos que construyan equipos de alto rendimiento (que es lo que debe ser un Consejo).
No se trata de evaluar a las personas ni sus valores. Se trata de conocernos para ser capaces de componer equipos complementarios y generadores de valor exponencial por el efecto multiplicador entre sus miembros.
Desde la psicología se destaca que otorga mayor satisfacción desarrollar actos generosos más allá de lo habitual, concentrándolos en determinados momentos y logrando una mezcla de variedad y frescura.
Para ello es propicio cambiar de actividad y participar en acciones diversas, tal como propone el propio CIBG a sus miembros, mediante posibilidades diferentes como el desarrollo de encuentros, libros, formación, actos de comunicación, mentoring, etc. Como decía Eurípides, para las almas generosas, todas las tareas son nobles.
Además, el buen humor y la tranquilidad, la ausencia de prisas, son dos factores que contribuyen a la generosidad. En un buen consejero se supone una madurez suficiente para gestionar su tiempo y su estado de ánimo, incrementando así las posibilidades de que la generosidad aflore.
La generosidad se da más entre personas con un alto equilibrio emocional, pues requiere evitar los excesos, saber dar y recibir como parte del juego; en definitiva, disfrutar del intercambio, sin medir individualmente cada acto, mirando el conjunto y el largo plazo. San Francisco decía que es un dar que recibimos.
Son muchas las personas que en el CIBG demuestran en el día a día su generosidad. Impulsando, participando y motivando para lograr un impacto positivo. Podría poner muy diversos ejemplos, pero por su cercanía en el tiempo, me gustaría hoy destacar la labor del equipo que ha puesto en marcha, con enorme éxito, nuestro primer ENCUENTROS CIBG. Así, aprovecho para resaltar la labor de María Lorenzo, Luis Tamames, Elena Tapia Jareño, Ana María Rodrigo, Ana Cortés Rodrigo, Carlos Garaboa y Maria Angeles Ramirez. Sin ellos no hubiera sido posible este ENCUENTROS. Aun cuando no han tenido protagonismo público, ellos son los artífices de todo. Gracias por esta labor y gracias por darnos la oportunidad de reflexionar sobre la GENEROSIDAD.
Patxi Barceló – Presidente del CIBG