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Los valores del CIBG – Consejo de Innovación y Buen Gobierno: hoy hablamos de ASERTIVIDAD

El Consejo de Innovación y Buen Gobierno (CIBG) declara cinco valores como estandarte de sus socios: generosidad, innovación, transparencia, asertividad y entusiasmo. Hoy queremos centrarnos en la asertividad.

Posiblemente la asertividad es una pieza clave en cualquier dinámica de grupos. El Consejo de Administración, como equipo de alto rendimiento, requiere de una comunicación asertiva.

La asertividad es la habilidad de expresar opiniones y pensamientos, adecuando los tiempos y las formas, para asegurar un impacto positivo en la toma de decisiones y que incluya y asegure la consideración de los derechos de todas las partes.

Por tanto, la asertividad implica una especial atención, tanto de la opinión propia como la de los demás, asumiendo la legitimidad de todas ellas en un proceso de diálogo.

Implica la necesidad de preguntar y la disponibilidad a utilizar todas las energías disponibles en entender las razones del resto de implicados. Supone estar abierto al aprendizaje y a integrar todas las posiciones que sean válidas y honestas.

Requiere ser honesto con uno mismo, para asumir los sentimientos propios, las motivaciones y las creencias, en ocasiones limitantes, de nuestro propio pensamiento. Implica introspección y capacidad de reflexión. Requiere ser capaces de visualizar los hechos y los juicios como componentes diferenciados de cualquier debate, pero necesariamente unidos.

Implica empatía. Una palabra normalmente mal entendida, pues no es ponerse en los zapatos del otro, que implica que es nuestro “yo” el que se pone en sus zapatos y acaba diciendo lo que “yo” haría si fuera él. La empatía es deshacerse del propio yo para entender las razones del otro desde “él” y ser capaz de buscar alternativas desde esa posición y no desde la propia. Sin olvidar que la empatía no es desaparecer en el otro. Es esa capacidad de comprender, que no es lo mismo que asumir. Está íntimamente relacionado con la escucha activa, escuchar con plena conciencia buscando entender el mensaje en su contexto.

La asertividad se expresa. Asume que cualquier gran proyecto nace del diálogo. Para que la conversación sea fructífera y eficiente, requiere usar un lenguaje claro y que facilite la comprensión de los demás. No puede ocultarse en un “ya lo dije”, sobre algo expresado en un lenguaje críptico o con doble sentido. No vale ocultar información. Implica no rehuir el conflicto, sino expresarlo mostrando las propias razones, de forma que se pueda construir sobre ello.

No puede ser agresiva. La confrontación debe ser para construir, no para invadir. Un acuerdo basado en el poder no es un acuerdo. Puede ser legítimo en muchas relaciones, pero sólo cuando nace de una relación de igualdad, de la posibilidad efectiva de rechazar el resultado, podemos hablar de asertividad. En los Consejos, es imprescindible que se busque el acuerdo, pero igual de relevante es que se permita, de forma real, la discrepancia y el voto particular. Deberá ser en casos excepcionales, pero no por la presión del grupo, sino por la autentica comprensión que, en ocasiones, nos permite transaccionar nuestras propias convicciones por valores de otros que consideramos respetables y asumibles en las circunstancias concretas.

Por tanto, el objetivo final es llegar a acuerdos que incluyan, en la medida de lo posible, el derecho de todas las partes. Flexibilidad para llegar a consensos, a veces con imaginación para salir del punto de partida, que suele ser lo que no ha permitido llegar a un consenso previo.

La asertividad genera confianza. Aporta la seguridad de que todas las partes están trabajando por un objetivo común, compartiendo perspectivas con franqueza, tratando de encontrar la mejor solución. No siempre se consigue el encuentro de todas las partes, pero la clave está en la confianza que genera cuando este intento es sincero y comprometido.

En el CIBG son muchos los socios que aportan este valor en nuestras sesiones. En esta ocasión quisiera destacar a las personas que han ido formando parte de los órganos de gobierno de nuestra asociación y que han aportado esta asertividad para ser lo que hoy somos como Consejo: un grupo de más de 80 profesionales, con una dilatada experiencia, que impulsan el buen gobierno en las organizaciones, mediante soluciones innovadoras que ayuden a las empresas a robustecer sus modelos de gobierno interno, aportando personas con innegable valía para acompañarlas en ese viaje, de forma flexible y adecuada a cada situación.

Gracias, por tanto, a María LorenzoPedro FernandezJOSE-MARTIN CASTRO ACEBESJosé Luis DiezAntonio Fernandez JuradoVicente BallesterosSusana Quintás VelosoIsmael Sancha y aquellos otros que hoy siguen dedicando su tiempo a generar el diálogo en la gobernanza que permite que esta asociación siga creciendo en valor. Como siempre, todos lo son, pero hay muchos más.

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